Los depósitos a un año son aquellos cuya duración máxima se extiende durante 12 meses, pudiendo renovarse automáticamente o no, dependiendo de la entidad que emite dicho depósito. La amplia oferta de depósitos a un año permite a los inversores encontrarse con diferentes rentabilidades pudiendo variar desde los 0,35%TAE hasta otros depósitos que superan el 1%TAE.
Como ocurre con el resto de depósitos bancarios, tanto si se trata de una inversión a corto plazo como a medio o largo plazo, los depósitos a un año cuentan con una inversión mínima que se puede fijar en un euro y una inversión máxima que dependerá del banco o entidad que lo emite.
Una duda que puede surgir a los inversores antes de depositar su dinero es que las rentabilidades de los depósitos varíen, tanto de manera positiva como negativa. En estos casos no existe ningún cambio en el tipo de interés que genera ya que en los depósitos a plazo fijo el tipo de interés no varía durante la vida del producto.
Respecto a las comisiones que pueden cobrar las entidades por nuestro depósito están por apertura y mantenimiento como las más conocidas. La tercera que puede tener lugar es la que hace referencia a la cancelación anticipada del producto ya que en ocasiones puede pasar tiempo sin que podamos hacer uso de la parte de los ahorros que decidimos invertir.
La comisión por cancelación nunca puede superar el importe de los intereses devengados, por lo que las entidades suelen establecer un porcentaje en función del periodo de tiempo que quede hasta el final de la vida del depósito bancario.