¿Qué es un aval hipotecario?

Laura Martínez I Publicado: I Actualizado:

Te mostramos en este artículo cómo la figura del avalista hipotecario conlleva una serie de responsabilidades y riesgos que son importantes tener en cuenta

¿Qué es un aval hipotecario?

Como vas a descubrir a continuación, un aval hipotecario es una garantía adicional que exige el banco cuando considera que el solicitante no tiene suficiente solvencia.

¿Qué es y cómo funciona un avalista?

El aval hipotecario es una figura que actúa en garantía del cumplimiento económico del préstamo de una hipoteca. Se trata del compromiso de tercera persona, denominada avalista, a cumplir las obligaciones en caso de impago del deudor original.

El avalista o persona que actúe como aval se verá obligada a responder con su dinero e, incluso, bienes personales en el caso de que el avalado, o persona a la que avala, no pueda hacer frente al pago del préstamo hipotecario.

Para que el banco lo acepte, el avalista tendrá que ser una persona con cierta solvencia económica y preferiblemente sin otras deudas. 

Su funcionamiento es sencillo:

  -Firma la hipoteca junto con el obligado principal (o un contrato adicional).
  -Responde con todo su patrimonio presente y futuro.
  -No tiene derechos sobre la vivienda: no tiene propiedad, ni usufructo, no hereda, no decide nada.
  -No puede echarse atrás fácilmente: firmar como avalista te ata hasta que se termine la deuda o se renegocie con el banco para liberar la garantía.

En muchos casos, el avalista ni siquiera sabe el alcance del compromiso que asume. Por eso, antes de firmar, es importante estar asesorado.

¿Para qué sirve un aval hipotecario?

El aval hipotecario sirve como una garantía adicional para el banco.

Cuando una persona solicita una hipoteca, la entidad financiera analiza su perfil económico: ingresos, estabilidad laboral, deudas previas, historial crediticio, etc. 

Si algo no le convence del todo (porque es joven, tiene contrato temporal o ingresos reducidos, etc.), el banco puede solicitar un aval como garantía extra.

También puede utilizarse el aval para reforzar tu posición negociadora y conseguir mejores condiciones en tu hipoteca.

¿Cuándo te piden aval para una hipoteca?

Suele ser habitual cuando las personas que quieren contratar una hipoteca carecen de los ahorros necesarios, tienen un contrato de trabajo temporal, no cuentan con un buen historial crediticio o, en definitiva, no cumplen algún requisito que el banco necesita para aprobar la operación.

En estos casos, es probable que el banco quiera cubrirse las espaldas con la figura de un aval en la hipoteca que responda por esa persona en el caso de incumplimiento del pago de la deuda. 

En resumen, un aval es una garantía extra que el banco pide cuando el perfil del solicitante no le convence del todo y necesita minimizar sus riesgos para que la operación sea aceptada.

¿Quién puede ser avalista?

Como hemos mencionado anteriormente, para ser avalista hipotecario es necesario contar con ciertos requisitos que efectivamente supongan una reducción de riesgo para el banco. 

Estos son:

  -Ser mayor de edad (y con capacidad para contratar).
  -Tener solvencia económica (ingresos suficientes y estables).
  -No tener deudas contraídas (capacidad de endeudamiento).
  -Poseer algún bien inmueble (buena situación patrimonial).

¿Qué pasa si eres avalista de una hipoteca?

Responder por terceras personas es una enorme responsabilidad que implica ciertos riesgos, más cuando hablamos de avales: 

  -Si el titular no paga, el banco te puede reclamar directamente. Es decir, asumes una obligación financiera.
  -La información se incluye en la Central de Riesgos del Banco de España (CIRBE), una base de datos que refleja tu riesgo financiero, aunque tú no tengas ninguna deuda directa.
  -Tu capacidad de endeudamiento baja. Es decir, tienes menos capacidad para pedir préstamos, puesto que el banco te verá como alguien “comprometido” con otra deuda.
  -Puedes acabar inscrito en un fichero de morosidad si no puedes hacer frente a la deuda del titular.
  -Pueden embargarte bienes propios.

¿Qué tipos de aval existen para pedir una hipoteca?

Básicamente, existen estos tipos de avales:

  -Aval subsidiario: cuando se produzca el incumplimiento del pago, la entidad reclamará primero la deuda al titular del préstamo hipotecario. Si el deudor demuestra no poder hacer frente al pago, entonces el banco podrá reclamar al avalista.
  -Aval parcial: la entidad no siempre obligará a que el avalista cubra la deuda completa. En ocasiones puede pedirnos que el aval sea del 20% del total del préstamo hipotecario. Así, una vez que el titular deba el 80% de la deuda o menos el avalista quedará liberado de toda responsabilidad.
  -Aval solidario: el avalista asume las mismas obligaciones que el titular del préstamo hipotecario. En este caso, el banco puede reclamar la deuda a la figura del aval, incluso antes que al deudor, si se produce un impago.

¿Cuándo desaparecen los avalistas de una hipoteca?

El avalista hipotecario compromete todo su patrimonio presente y futuro hasta que la deuda quede saldada. 

En otras palabras,  cuando se termina de pagar el préstamo se extingue el compromiso principal y, por tanto, el aval deja de tener efecto.

También hay que añadir que el aval puede desaparecer, cuando se cancela o renegocia la hipoteca con condiciones nuevas y estas no incluyen un aval debido a que el titular tiene solvencia necesaria y el banco no necesita garantías adicionales.

Es importante destacar que la figura del avalista no desaparece aunque éste fallezca. En tal situación, la obligación recaerá sobre sus herederos.

¿Cómo quitar al avalista de una hipoteca?

Quitar a un avalista no es fácil, pero tampoco imposible. 

Estas son las vías:

  -Novación de la hipoteca: se trata de negociar de nuevo con el banco para cambiar las condiciones del contrato. En este caso, puedes solicitar que te liberen como avalista.
  -Subrogación de acreedor: cambiar de banco y, por consiguiente, cambiar las condiciones de la  hipoteca. Algunas entidades aceptan asumir una hipoteca sin avalista si el titular demuestra solvencia.
  -Cancelar la hipoteca actual y hacer una nueva: opción radical, pero útil si se quieren cambiar varias condiciones.
  -Acuerdo privado con otro avalista (menos común): el banco acepta sustituir uno por otro, aunque es poco habitual.

Lo importante es que el banco acepte. En muchas situaciones, el titular principal deberá demostrar que puede asumir la deuda con ingresos, estabilidad y buen historial. De este modo, puede que la entidad no necesite un aval hipotecario.

Referencias

https://clientebancario.bde.es/pcb/es/menu-horizontal/productosservici/financiacion/deudores-hipotecarios-sin-recursos/guia-textual/Requisitos-Codigo-Buenas-Practicas/fiadores-y-avalistas.html
https://www.ing.es/ennaranja/comprar-casa/conceptos-utiles/que-es-un-aval-hipotecario
https://www.bankinter.com/banca/preguntas-frecuentes/hipotecas/para-que-sirve-un-aval-en-una-hipoteca
https://www.caixabank.es/particular/cultura-financiera/que-debes-saber-antes-de-avalar-un-prestamo.html


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