En un contexto de caídas de tipos de interés, cuando el euríbor baja y las cuotas de las hipotecas variables se reducen, cabe la pena preguntarse si sigue interesando cambiar de una hipoteca variable a una hipoteca fija.
Tras los últimos recortes de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), quedaron atrás los tiempos en los que el euríbor alcanzó cotas superiores al 4% y las hipotecas a tipo variable se tornaron insostenibles para muchas familias.
El hecho de ver cómo sus cuotas hipotecarias se iban incrementando mes tras mes llevó a muchos a plantearse seriamente la posibilidad de cambiar hipoteca variable a fija como una forma de ganar estabilidad y reducir la letra mensual de la hipoteca.
Sin embargo, tras varias subidas de tipos de interés, el BCE parece haber entrado en una fase de pausa, a la espera de evaluar el impacto de sus medidas en la inflación y el crecimiento económico.
En este escenario, las entidades bancarias han ajustado sus ofertas de hipotecas. Incluso se ha desatado una guerra hipotecaria entre los diferentes bancos.
Por ejemplo, supongamos una hipoteca variable a 30 años, con un capital de 150.000 euros y en la que se aplica un interés del Euríbor + un diferencial del 0,45%:
-Hace un año (abril de 2024): con el Euribor al 3,7% pagaba aproximadamente un 4,15% de interés, un hipotecado podría pagar una cuota de 729,15 euros.
-Actualmente (abril de 2025): la misma hipoteca, con un Euribor en cotas cercanas al 2,1%, estaría pagando un interés de alrededor del 2,55% y la cuota se situaría en los 596,59 euros.
Así pues, teniendo en consideración que las mejores hipotecas fijas ofrecen un interés similar, la pregunta clave es: ¿merece la pena cambiar ahora una hipoteca variable a una fija?
La respuesta depende de múltiples factores, tanto personales como relativos a las condiciones del mercado; y es precisamente lo que vamos a tratar a continuación.
Factores que afectan la decisión de cambiar de hipoteca variable a fija
Como hemos comentado unas líneas más arriba, la decisión de cambiar de una hipoteca variable a una fija es personal y depende varios factores:
-Perfil de riesgo: en este aspecto, tienes que decidir si prefieres la seguridad de mantener una cuota fija o prefieres algo de incertidumbre a cambio de que los pagos puedan ser menores en determinados períodos.
-Situación financiera actual y futura: el perfil de riesgo está estrechamente ligado con tu estabilidad laboral y tu capacidad para conseguir ingresos que te permitan hacer frente a posibles subidas del euríbor.
-Diferencial de tu hipoteca variable: cuanto más reducido sea el diferencial que te aplica el banco menor impacto tendrán las subidas del euríbor (en contraposición con los costes del cambio de una hipoteca variable a otra fija).
-Ofertas de hipotecas fijas: cabe la pena preguntarse cómo se encuentra el mercado de préstamos hipotecarios. Si el tipo de interés ofertado en una hipoteca fija es significativamente más bajo, merece la pena el cambio.
-Plazo restante de tu hipoteca: también tienes que valorar el tiempo que te queda por pagar de hipoteca. Cuanto mayor sea, mayor exposición tendrás a las futuras subidas del euríbor.
-Previsiones de la evolución del euríbor: siempre existe incertidumbre, pero los expertos esperan una cierta estabilidad (he incluso ligeras caídas). Contrasta las previsiones con el tiempo que te queda por pagar de hipoteca.
-Costes asociados al cambio de hipoteca: puedes cambiar de hipoteca variable a hipoteca fija mediante una subrogación (cambio de banco) o novación (cambio en las condiciones del contrato. No obstante, presta atención a las comisiones y costes asociados para hacer números y decidir si el cambio te resulta favorable (sopesando todos los factores vistos).
Ventajas actuales de cambiar a una hipoteca fija
A pesar de las caídas que se han dado en el Euribor, cambiar a una hipoteca fija aún presenta ventajas. Entre ellas, las más significativas son:
-Estabilidad y seguridad: la principal ventaja que tienes es la previsibilidad de las cuotas, puesto que estas no cambian. Además de protegerse contra futuras subidas del Euríbor.
-Posibilidad de encontrar ofertas competitivas: también tienes la oportunidad de encontrar ofertas de hipotecas fijas actuales y mejorar las condiciones de tu hipoteca.
Desventajas de cambiar a una hipoteca fija
Del mismo modo, también es importante sopesar los riesgos y los inconvenientes de cambiar tu hipoteca variable a fija:
-Puede ser más cara a largo plazo: generalmente, las hipotecas variables suelen ser más baratas, excepto en épocas de subidas del Euríbor. No obstante, como hemos comentado, las fluctuaciones son inciertas y se trata de un riesgo que deberás afrontar.
-Posible pérdida de oportunidad: si el euríbor se reduce significativamente, perderás la oportunidad de pagar una cuota más baja e incluso realizar amortizaciones anticipadas con el dinero sobrante.
-Costes asociados: cambiar de una hipoteca variable a una hipoteca fija suele conllevar comisión bancaria y, generalmente, una nueva tasación del inmueble. El resto de costes los asume la entidad bancaria en base a la Nueva Ley Hipotecaria.
¿Cuándo es el mejor momento para hacer el cambio?
No existe una única respuesta, pero podrías guiarte por los siguientes escenarios:
-Si estás en los primeros años del préstamo: el cambio puede tener sentido puesto que estás pagando más intereses y estás más expuesto a las fluctuaciones del euríbor.
-Si estás buscando seguridad financiera: si tienes unos ingresos bajos y/o inestables y no quieres sobresaltos.
-Si tus cuotas mensuales se están tornando inasumibles: si has llegado a un punto en el que te cuesta pagar la hipoteca por una subida de intereses, renegociar las condiciones y cambiar a una hipoteca fija sería una buena opción.
-Si existen previsiones de subidas del euríbor: simplemente para evitar futuras subidas y evitar pagar más intereses.
-Si encuentras una buena oferta: si las ofertas bancarias en cuanto a hipotecas fijas sugieren el cambio.
En resumidas cuentas, el mejor momento es aquel en el que una oferta concreta mejora claramente tu situación actual. Por esta razón es importante comparar ofertas de diferentes entidades y realizar simulaciones con la calculadora de cuotas que te proporcionamos desde iAhorro.
¿Vale la pena si ya tengo un interés bajo?
Es uno de los dilemas más comunes. Es posible que tengas un buen diferencial en tu hipoteca variable. Incluso el tipo de interés que pagas ahora se sitúa por debajo del que ofrecen las mejores hipotecas fijas actualmente.
No obstante, cambiar tu hipoteca variable por una fija puede tener sentido si no toleras las posibles subidas debido a que has sufrido una pérdida de ingresos o bien no cuentas con estabilidad laboral.
También puede merecer la pena si con el cambio de hipoteca puedes conseguir otras condiciones más favorables. Por ejemplo, puedes deshacerte de productos vinculados o reducir la comisión de amortización anticipada.
Aunque es difícil ofrecer cifras concretas, más o menos podrías guiarte por la regla del 1%. Es decir, si el tipo fijo que te ofrecen los bancos se sitúa un 1% por encima de tu tipo variable actual, posiblemente el cambio no compense.
Sin embargo, como hemos comentado a lo largo de estas líneas, cambiar una hipoteca variable por una fija depende de múltiples factores, y algunos de los que mayor peso tienen están relacionados con tu situación personal.