Muchas entidades ofrecen estas hipotecas, pero hay que cumplir requisitos más estrictos.
Las hipotecas no solo se conceden para adquirir la vivienda habitual, sino que también pueden utilizarse para obtener una segunda residencia. No obstante, ¿cómo funciona? ¿qué es lo que tengo que saber? Desde iAhorro te lo explicamos con detalle.
Entonces te podemos ayudar
Normalmente nosotros solemos pedir un préstamo para nuestra vivienda habitual, la casa en la que vamos a vivir diariamente. No obstante, si nos apetece tener otra casa en la costa, en la montaña o en un sitio en el que queramos pasar las vacaciones de forma habitual, podemos pedir una hipoteca para adquirir ese inmueble, denominado “segunda residencia”.
De hecho, los bancos cuentan con ofertas especiales para ese tipo de casas. A continuación, explicamos lo que debemos tener en cuenta si nos interesan las hipotecas para segundas residencias.
Para empezar, el banco asume un riesgo al conceder una hipoteca para segunda vivienda, puesto que, si sus propietarios empiezan a tener problemas económicos, la hipoteca que sí o sí van a pagar es la de su vivienda habitual, no la de la segunda residencia. Esto implica que las condiciones para conseguir una hipoteca en estos casos serán más estrictas.
Por otro lado, también supone un riesgo para el propio comprador, puesto que la vivienda habitual la busca cerca de su entorno laboral, familiar y dónde haya comercios; mientras que para la segunda vivienda busca parajes más alejados. Esto implica que si en algún momento queremos vender este inmueble tendrá menos valor que cuando la adquirimos al no tener nada de interés a su alrededor.
Existen varias diferencias a la hora de solicitar una hipoteca para segunda vivienda:
- Los plazos de amortización en una hipoteca para el primer inmueble pueden ser variados: 15, 20, 25, 30 o 40. Para las hipotecas de segundas viviendas, en cambio, se acortan hasta los 20, puesto que la entidad quiere asegurarse de que terminaremos de pagar este préstamo.
- Los intereses (TIN y TAE) se elevan. De hecho, en el caso de una hipoteca de tipo variable para una segunda residencia puede llegar a subir hasta dos décimas más de la media.
- El importe máximo que nos puede ofrecer la entidad baja. Si para una vivienda habitual podemos conseguir hasta el 80% de la financiación, para una segunda podría rondar entre el 50% y 70%.
En la siguiente tabla podemos ver las diferencias resumidas.
Hipoteca vivienda habitual | Hipoteca segunda vivienda |
---|---|
Plazos de amortización de hasta 40 años. | Plazos de amortización más breves, hasta los 20. |
Los intereses no son sumamente altos. | Los intereses son más altos que en las hipotecas para una primera vivienda. |
El banco nos concede hasta el 80% de la financiación. | Las entidades pueden llegar a concedernos el 70% del importe como máximo. |
Hipoteca vivienda habitual |
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Plazos de amortización de hasta 40 años. |
Los intereses no son sumamente altos. |
El banco nos concede hasta el 80% de la financiación. |
Hipoteca segunda vivienda |
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Plazos de amortización más breves, hasta los 20. |
Los intereses son más altos que en las hipotecas para una primera vivienda. |
Las entidades pueden llegar a concedernos el 70% del importe como máximo. |
Los gastos al hacer frente en una hipoteca para segunda vivienda son los mismos que en una hipoteca para una primera vivienda.
Se dividen los gastos de compraventa y los gastos de la formalización de la hipoteca; importes diferentes si los inmuebles son de primera o de segunda man
1. Gastos de compraventa de vivienda: hacen referencia al dinero que tenemos que pagar para adquirir una vivienda en sí (tanto nueva como de segunda mano):
- Vivienda nueva:
- IVA: es de un 10% en península y un 6,5% en islas canarias.
- Notaría: Su gasto suele rondar los 450 euros.
- Registro: Suele costar entre el 0,1% y el 0,3% del precio del inmueble.
- Gestoría: Su precio oscila entre los 200 y 350 euros.
- Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD): es el impuesto que grava los documentos notariales, mercantiles o administrativos. Solo se aplica en las viviendas nuevas y cuesta entre el 0,5% y el 1,5% del valor de la vivienda.
- Vivienda de segunda mano:
- Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) y Actos jurídicos Documentados: el importe se sitúa entre el 4% y 10% del coste del inmueble (depende de la comunidad autónoma).
- Notaría: Su gasto suele rondar los 450 euros.
- Registro: Suele costar entre el 0,1% y el 0,3% del precio del inmueble.
- Gestoría: Su precio oscila entre los 200 y 350 euros.
2. Gastos de formalización de la hipoteca: se trata de la cantidad de dinero que debemos pagar para firmar una hipoteca con una entidad, que será la misma adquiramos una vivienda nueva o de segunda mano. Algunos los paga el banco y otros el clientes:
- El banco:
- Gestoría: normalmente se contrata una para llevar a cabo todo el trámite.
- Registro: la formalización de la hipoteca se inscribe en el registro de la propiedad junto con el documento de compra venta.
- Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD): es el impuesto que grava los documentos notariales, mercantiles o administrativos.
- El cliente:
- Tasación: procedimiento por el que se estima el verdadero valor de la vivienda. Suele costar alrededor de los 315 euros.
- Notaría: Este trámite cuesta unos 50 euros.
Tal y como hemos comentado, una hipoteca para una segunda residencia es más arriesgada para un banco, porque ante problemas económicos es probable que dejemos de pagarla. Por ese motivo, el perfil del solicitante es más concreto y cuenta con más exigencias:
- Más ahorros: el banco nos concederá como máximo el 70% del valor de la vivienda, por lo tanto, necesitaremos tener más dinero ahorrado para poder comprar la vivienda. Descubre los mejores trucos sobre cómo ahorrar para comprar una casa.
- Ingresos altos: los intereses para una hipoteca de este tipo son más altos. Asimismo, el periodo de amortización es más breve, por lo tanto, las cuotas mensuales serán más altas. Esto implica que deberemos tener una capacidad económica mayor que cuando pedimos una hipoteca para una vivienda habitual.
- Garantías adicionales: el banco puede pedir un avalista o poner otro inmueble de garantía.
A estas exigencias hay que añadirle las que se suelen solicitar en una hipoteca para una vivienda habitual:
- Trabajo estable: las personas que cuentan con un contrato indefinido o una antigüedad laboral alta tienen más posibilidades de obtener una hipoteca. Eso no implica que personas en otras situaciones laborales no puedan acceder a una, puesto que las entidades estudian cada caso.
- Historial limpio: Las entidades bancarias estudian el historial de crédito de los futuros clientes para ver si están en alguna lista de morosos, tienen muchos préstamos pendientes o han tenido algún impago en el pasado.
Puede pasar que busquemos financiación para la segunda vivienda y que aún no hayamos terminado de pagar la hipoteca de la vivienda habitual.
Uno de los requisitos para la concesión de una hipoteca suele ser no tener deudas pendientes, pero cuando dicha deuda es la hipoteca de nuestra vivienda habitual existen tres opciones:
- Pedir una segunda hipoteca y pagar dos préstamos: tendríamos que hacer frente a dos cuotas mensuales, por lo tanto, el banco estudiará si con nuestra capacidad económica podríamos hacer frente a dos pagos de estas características.
- Ampliar la hipoteca que tenemos para adquirir la segunda residencia: se trata de hacer una novación, es decir, cambiar las condiciones de la hipoteca. En dicho cambio el banco nos presta más dinero, por lo tanto, se amplía el plazo de amortización para devolverlo. De esta forma en vez de pagar dos cuotas pagamos una.
- Pedir otra hipoteca con dos garantías: podemos solicitar una hipoteca para pagar la que tenemos y adquirir la segunda vivienda. En este caso también tendríamos una sola cuota mensual.
En este caso el criterio es el mismo que en una hipoteca para una vivienda habitual. Dicho de otra manera, si somos personas que no queremos arriesgarnos ni depender de las oscilaciones de indicadores como el euríbor, podemos optar por una hipoteca de tipo fijo.
No obstante, una hipoteca con una cuota mensual fija durante todo el periodo de amortización exige pagar intereses más altos. Por lo tanto, todo dependerá de nuestra situación, de la vivienda que queramos adquirir y del propio banco.
Existen numerosos bancos que ofrecen hipotecas para segundas residencias. Estas tienen condiciones más restrictivas que las hipotecas para vivienda habitual.
Estos son dos ejemplos:
Si queremos adquirir una segunda residencia con esta hipoteca la entidad nos ofrece como máximo el 70% de la financiación con un plazo de amortización de 25 años.
Los intereses que tiene son los siguientes:
- TIN: primer año 1,55%, a partir del segundo año 2,55%.
- TAE: 2,68%.
En este caso, la entidad detalla que si se trata de una segunda residencia solo concederán hasta el 70% de su financiación. En cuanto al plazo de amortización, no especifican si en caso de segunda vivienda será más breve, solo indican el plazo para pagar una hipoteca es de hasta 30 años.
Los tipos de interés son:
- TIN: 2,45%.
- TAE: 2,93%.
Lo más importante a la hora de buscar una hipoteca es analizar todas las opciones disponibles. Para ello existen numerosos comparadores, entre los que se encuentra iAhorro, que realiza su servicio online. Su equipo de expertos nos ayuda desde el primer momento a encontrar la opción que mejor se adapta a nuestras necesidades. Nos acompañan durante todo el proceso, incluso durante la firma de la hipoteca, de forma gratuita.