La escritura pública es un documento tramitado ante un notario, este hace constar un acontecimiento o derecho autorizado por el propio funcionario. El notario es el que se ocupa de firmar junto a los otorgantes. Este tiene la misión de dar fe acerca de la capacidad jurídica del contenido y de la fecha en la que se lleva a cabo el acuerdo.
Es un instrumento notarial que contiene una o varias declaraciones realizadas por las personas que toman parte en el contrato en cuestión o en el acto. El funcionario contempla toda la documentación con la información y los requisitos legales, para que al final del acto sean transferidos en el protocolo del notario interviniente y si todo es correcto, pueda ser inscrito en el registro público.
La escritura pública de constitución de empresa requiere de la firma de todos los socios fundadores, esto se tiene que hacer ante notario. Si no están presentes, podrán utilizar la figura del apoderado que tendrá facultades suficientes para ello.
Existe muchos acuerdos, acontecimientos y contratos entre particulares o empresas que exigen su formalización a partir de escrituras públicas, de esta manera en el día de mañana cuenten con un valor probatorio.
El ejemplo más frecuente se encuentra en la creación de una sociedad anónima, la compraventa de un inmueble, la adjudicación de una herencia o la firma de una hipoteca.
Para que una escritura pública sea verídica y legal las partes implicadas necesitan estar presentes en el acto de la firma o que estén representadas por personas autorizadas para realizar las funciones de representantes.
El momento de la firma es el momento final de cualquier escritura, el notario explica el acuerdo o el negocio y las partes consienten.