La comisión de estudio es una cantidad de dinero que te cobra el banco en el momento de solicitar una hipoteca. Dicha comisión sirve para analizar tu perfil y el préstamo que solicitas. El banco comprueba que el usuario es solvente y por lo tanto apto para dicho producto financiero.
La entidad bancaria hace una serie de gestiones y análisis para comprobar que quien pide el crédito cuenta con solvencia suficiente para devolverlo. La entidad suele cobrar un porcentaje del importe solicitado.
En el caso de que el banco no otorgue el préstamo, este no podrá exigir al usuario que abone dicha comisión. Pero si el banco tuvo que pagar a otras empresas o personas para realizar el informe, el cliente deberá hacerse cargo de los gastos generados, siempre y cuando lo hayan pactado la entidad y el cliente.
Este tipo de comisión se encuentra tanto en las fijas como en las variables, pero a día de hoy casi ninguna entidad cobra este cargo. No existe ningún máximo ni mínimo para esta comisión.
Con la nueva ley hipotecaria los bancos ya no podrán cobrar este tipo de comisión a la hora de contratar una hipoteca. Sólo podrán cobrar un cargo inicial aplicado a la comisión de apertura, pero en dicha comisión podrán incluir gastos de estudio, cambios de moneda en caso de hipotecas en otras divisas, etc.
Además de pedirnos una comisión de estudio la entidad bancaria nos puede pedir comisiones de apertura y hacernos contratar seguros u otros productos vinculados, que aumentan el precio de la cuota mensual.
La comisión de estudio suele estar entre el 0 y 2,5% del valor total de la hipoteca, es decir hasta 2.500 euros para un hipoteca de 150.000. Aunque la mayoría de los bancos ofrecen un 0% de comisión de estudio. Algunos suelen incluir este servicio dentro de la comisión de estudio.