Apalancamiento financiero

Apalancamiento financiero

El apalancamiento financiero (leverage) hace referencia a conseguir un mayor volumen del capital utilizando la deuda. Dicho de otro modo, endeudarse para invertir.

La finalidad de recurrir al apalancamiento financiero es multiplicar las ganancias. Sin embargo, también se utiliza cuando no se dispone de suficiente capital para llevar a cabo una determinada inversión.

Un ejemplo claro es la compra de una vivienda a través de una hipoteca. En este caso, es necesario recurrir a la deuda porque no se tiene el dinero suficiente para la adquisición del bien. La compra de un inmueble suele considerarse una inversión, aunque no se tengan intenciones de obtener rentabilidad por el bien adquirido.

Por otra parte, en las inversiones con activos financieros, suele utilizarse el apalancamiento a través de los productos derivados (opciones, futuros, CFDs, Warrants, etc.). Este tipo de instrumentos permiten tomar exposición a la evolución de los mercados financieros invirtiendo solo una fracción del precio del activo en concepto de margen de garantía.

Cuanto mayor sea la deuda en relación con los fondos propios, mayor será el ratio de apalancamiento utilizado. De hecho, el apalancamiento financiero también se define como la proporción existente entre capital y crédito. Por ejemplo, si hablamos de utilizar un apalancamiento de 1:3 significa que por cada euro de capital propio se invierten 3. La deuda representa dos terceras partes de la inversión.

Al aumentar el volumen de capital invertido, las pérdidas potenciales también son mayores. Por consiguiente, el apalancamiento financiero implica asumir un mayor riesgo

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